Hallazgos en Dzibanché revelan pistas del poder de una antigua dinastía maya
Bajo el símbolo de la serpiente, dicho linaje maya gobernó a numerosos señoríos en los territorios que hoy ocupan México, Belice y Guatemala
MÉRIDA, Yucatán.- Los Kaanu'l, poderosa dinastía maya que en tiempos antiguos conquistó y gobernó en los territorios que hoy ocupan México, Belice y Guatemala, sigue revelando pistas de su poderío.
Así lo confirman los recientes hallazgos en la Zona Arqueológica de Dzibanché, bajo la forma de dos plataformas cuyas fachadas están ricamente decoradas con relieves modelados en estuco.
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¿Quiénes eran los Kaanu'l?
Esta dinastía fue gobernante de Dzibanché en los periodos Clásico, Temprano y Tardío, entre los años 250 y 650 de nuestra era. Su poder se puede ver reflejado en edificios, ofrendas u otros elementos que hablan de sus creencias o hazañas bélicas.
En las sociedades mayas prehispánicas, los jerarcas eran vistos como los representantes de los dioses en la Tierra.
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¿Qué fue lo que se descubrió en Dzibanché de la dinastía Kaanu'l?
El hallazgo consiste en un par de plataformas ubicadas al poniente del Juego de Pelota II del asentamiento prehispánico. La temporalidad se ha establecido hacia el periodo Clásico Temprano (500-600 d.C.), por lo que coincide con el auge de la urbe maya.
¿Cómo son las plataformas descubiertas en Dzibanché?
La primera de las escenas muestra a dos guardianes que limitan un pedestal en el que, en tiempos prehispánicos, debió estar colocada una escultura; la particularidad del podio es que incorpora glifos alusivos a un gobernante de la dinastía Kaanu'l.
En la segunda, aparecen imágenes de individuos que aluden a ancestros que asemejan habitar en el cielo nocturno, con estrellas, serpientes y otros motivos propios de las iconografías maya y teotihuacana.
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Mientras que en la tercera escena se muestra un conjunto de animales mitológicos asociados con constelaciones. Los relieves, en promedio, son de 3 metros de largo por 1.6 metros de altura.
¿Siguen las exploraciones en Dzibanché?
Actualmente, el equipo de trabajo en Dzibanché lo conforman 98 personas, seis especialistas en arqueología, restauración, arquitectura, antropología física y administración, y 92 auxiliares. Las labores continuarán hasta finales de diciembre.
Los estucos, de cal con sascab o polvo de piedra, preservan restos de colores rojo, azul, amarillo y negro, de allí que su exposición a la intemperie y la humedad debe tener un minucioso proceso de restauración.