El acto de nombrar
El lenguaje es poder, sin el ¿qué sería de los humanos? Carolina Hernández nos cuenta más sobre el.
CIUDAD DE MÉXICO.- Hola qué tal, yo soy Carolina Hernández y este es Sin Esdrújulas tu micro mini podcast en el que escribo cosas que luego leo para que las palabras hagan sentido. Y hoy quiero hablarles de esta belleza: el acto de nombrar, un libro bien kermozo de mi querida Elena Bazan en el que nos muestra cómo las palabras nos significan.
Más allá del debate sobre si decimos elle o compañere, Elena nos lleva a un viaje para reflexionar sobre las palabras que escuchamos todos los días y cuestionarnos si de verdad las entendemos.
Sororidad. Feminicidio. Memoria. Techo de cristal. Carga mental. Amor propio. Libertad. Feminismo. Violencia. Son palabras que están en las conversaciones diarias, pero ¿se desgastan? ¿pierden significado de tanto escucharlas?
Porque el lenguaje define, pero también identifica, conecta, acompaña… Nombrar algo es un acto simbólico que da existencia. No porque lo que no se nombre no existe. Hay muchas cosas que existe aún sin que las nombremos, pero el acto de nombrarlas las significa.
Y entender lo que realmente significan las palabras nos ayuda a desmenuzar lo que nos provocan, a detallar lo que sentimos para tener así más y mejores herramientas no solo para entenderlas si no para sobrevivir a ellas.
Porque recordemos que el lenguaje determina nuestras acciones y nuestra percepción de cómo son las cosas, por ejemplo, cuando en el libro Elena habla del feminicidio pretende dejar claro que feminicidio no es suicidio, no es accidente, no es culpa de la víctima. La importancia de entender esa palabra para exigir justicia es fundamental.
El mismo ejercicio lo hace con la frase: carga mental. Hablamos tan poco de ella y la vivimos tan duramente todos los días. Para la mayoría de las mujeres abrir los ojos en la mañana implica ya una lista de pendientes por cumplir. Una lista que conforme pasa el día se hace más grande en vez de más pequeña. Ese constante “tener que estar en todo”.
Cómo le explicas a alguien que no vive eso, lo que se siente tener que estar con el cuerpo frente a la computadora y la mente tachando pendientes todo el día… Un poco para eso es esta guía. Para compatir, desde las historias cotidianas y sin ninguna superioridad moral, la palabras que vivimos las mujeres.
Explicar los feminismos sin tener que marcar las casillas de la “buena feminista”. Sin el feministómetro y sin un código postal en feministlán.
Hablar de eso desde las experiencias, tan diversas y tan personales, pero a la vez tan parecidas y colectivas. Si queremos transformar el espacio en el que habitamos hay que comenzar a replantearnos cómo hablamos de lo que nos sucede y cómo lo viven las personas a quienes les/nos afecta.
El acto de nombrar es una guía para recorrer las palabras entre historias cotidianas, sí para las mujeres, pero también para quienes buscan comprender el impacto de eso que tanto decimos en nuestras conversaciones y en nuestra vida diaria.