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México

Halloween: ¿Por qué los niños no deben pedir dulces según la Iglesia católica?

El prelado local recalcó que los católicos no deben participar en actividades relacionadas con el Halloween

Publicado el

Por: Leslie Delgado

SALTILLO, Coahuila.- Durante las festividades de Halloween, niños y adolescentes se enfrentan a diversas amenazas que van más allá de lo aparente, advirtió el padre Vicente Eliamar Vega Carrales, encargado de la Pastoral de la Vida en la Diócesis de Saltillo.

Además de los riesgos espirituales, el sacerdote destacó la violencia en las calles como una de las preocupaciones principales en esta temporada, instando a los padres a reflexionar sobre el contexto de esta celebración y sus posibles efectos.


El sacerdote expresó que, si bien Halloween se percibe como un festejo inocente, existen aspectos que podrían acarrear implicaciones espirituales de consideración. “Objetivamente, hay quienes en esta noche realizan rituales malignos, incluyendo sacrificios de animales y otros actos atroces”, señaló Vega Carrales.

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En ese sentido, el sacerdote recordó los principios de la Iglesia, que consideran que acciones aparentemente inofensivas pueden tener consecuencias de mayor profundidad.

 ¿Dulces envenenados?

 En sus declaraciones, mencionó también casos verificados de envenenamiento de dulces entregados a niños, lo que convierte la noche de Halloween en una ocasión potencialmente peligrosa en el contexto actual de violencia en el país. “No hay necesidad de exponer a los niños a este tipo de riesgos. La situación de inseguridad no es algo que deba tomarse a la ligera”, afirmó.


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Desde una perspectiva social y espiritual, el sacerdote invita a los padres de familia a cuestionarse sobre las prácticas que permitan a sus hijos mantenerse seguros y sin exposición innecesaria a situaciones de riesgo. Recalcó que la Iglesia no se opone al entretenimiento infantil, pero sugiere que este se realice en un ambiente seguro y respetuoso. “Debemos cuidar de nuestros niños en todos los aspectos”, concluyó.

 ¿Por qué los niños salen a pedir dulces?

 Los celtas definían la celebración del 31 de octubre como una reunión con los espíritus, quienes podrían deambular por la Tierra solo en esa fecha. Para mantener a los espíritus felices, los hogares dejaban comida en el exterior. Y para ahuyentar a los malos, las personas se disfrazaban. De ahí surgió el pedir dulces y disfrazarse el 31 de octubre.


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