Haciendas en Yucatán: ¿Cómo era vivir en ellas durante el Porfiriato?
Las haciendas en Yucatán son un recuerdo de la época del 'oro verde' y se han vuelto un importante atractivo turístico
MÉRIDA, Yucatán.- Las haciendas henequeneras de Yucatán fueron un pilar económico y social durante el Porfiriato, marcando una etapa de contrastes y transformaciones en la región.
Estas propiedades, ubicadas principalmente en el noroeste del estado, se convirtieron en el motor del llamado 'oro verde', un recurso que redefinió el paisaje y la arquitectura mientras consolidaba el poder de los hacendados.
En la actualidad, incluso las haciendas se han vuelto un destino predilecto y espectacular para realizar tu boda este 2025.
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¿Cómo era vivir en una hacienda yucateca?
Originalmente nacidas en la época virreinal como unidades autosuficientes dedicadas a la agricultura, ganadería y producción textil, las haciendas evolucionaron con el auge del henequén.
Este cambio trajo consigo edificaciones icónicas, como las casas principales, que reflejaban la influencia europea, en especial francesa, de sus propietarios, y las casas de máquinas, que simbolizaban el progreso industrial.
Los trabajadores y los hacendados mantenían una relación vinculada al trabajo Foto: INAH
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La influencia de la arquitectura francesa, incluso se puede apreciar en la ciudad de Mérida con las Casas Gemelas las cuales se han vuelto un ícono turístico en Paseo Montejo.
La vida en las haciendas giraba en torno a una estructura laboral jerárquica.
Las tiendas de raya era donde se vendían los bienes producidos en la hacienda a los trabajadores Foto: INAH
¿Qué eran los acasillados?
Los acasillados eran trabajadores que residían permanentemente en la propiedad, mientras que los peones eran contratados según las necesidades de producción.
Aunque los acasillados podían cultivar parcelas y tener animales, su libertad estaba limitada por un sistema de deudas perpetuas adquiridas en la tienda de raya o mediante préstamos para eventos familiares.
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Estas deudas garantizaban su permanencia en el recinto de los hacendados, donde también enfrentaban castigos físicos si transgredían las reglas.
Plazas públicas eran un símbolo social y de trabajo
El henequén se volvió el principal motor económico de las haciendas en Yucatán Foto: INAH
Las plazas públicas dentro de las haciendas desempeñaban un papel central en la organización social y laboral. Allí se asignaban tareas al amanecer y se llevaban a cabo castigos, lo que les confería un significado simbólico.
Estos espacios también eran utilizados para festividades religiosas y recreativas, como las celebraciones del santo patrono o las corridas de toros, reflejando la vida comunitaria que coexistía con las dinámicas de control y explotación.
¿Qué eran los hacendados?
Los hacendados eran individuos que poseían vastas extensiones de tierra o propiedades, desempeñando un papel destacado en la economía y la política durante la época colonial. Su influencia no solo se limitaba a la producción agrícola y ganadera en sus tierras, sino que también eran figuras clave en las decisiones sociales y económicas de su entorno.
Este sistema prevaleció hasta 1914, cuando los cambios sociales derivados de la Revolución Mexicana comenzaron a debilitar el modelo hacendario.
En el caso de Yucatán, entre 1847 y 1901 se vivió un levantamiento social representado por los nativos mayas de la región, denominado la Guerra de Castas, el cual culminó tras la intervención del Ejército federal mexicano.
#Efeméride 📜 18 de julio de 1847. Inicia la Guerra de Castas en Yucatán
— INAH (@INAHmx) July 18, 2024
🔸El levantamiento popular indígena en la Península de Yucatán conocido como Guerra de Castas duró de 1847 a 1901, y se ha dividido en tres etapas: de 1847 a 1849, de 1850 a 1860, y de 1861 a 1901. pic.twitter.com/6jirilDtK1
Hoy en día, muchas de estas haciendas han sido restauradas como atractivos turísticos, sirviendo como testimonio del legado histórico y cultural del henequén en Yucatán, recordando tanto su esplendor como las desigualdades que definieron una era.