Desarrollos inmobiliarios ponen en riesgo el patrimonio cultural-natural en Yucatán

MÉRIDA, Yucatán.- Los desarrollos inmobiliarios que desplazan a las comunidades donde habitan pobladores indígenas ponen en riesgo su patrimonio cultural lo que podría convertirlos en entes sin pasado, expresó Adolfo Rojano Guido, maestro en Ciencias del Hábitat de la Universidad de San Luis Potosí.

El investigador participó en la ponencia “Pintura rupestre. Patrimonio cultural natural” en el Congreso Internacional “Conservación del patrimonio cultural-natural y desarrollo urbano-territorial”, que se realizó en la Facultad de Arquitectura de la UADY.

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¿Qué impactos tienen los desarrollos inmobiliarios en las comunidades indígenas?

Explicó que los desarrollos inmobiliarios modernos suelen priorizar intereses económicos sobre las necesidades de las comunidades originarias. Esto resulta en el desalojo de familias que pierden no solo sus hogares, sino también su relación ancestral con el entorno, tradiciones y modos de vida.

“Hay muchas inmobiliarias que están destruyendo ese patrimonio y que las instituciones que se encargan del patrimonio en antropología no han hecho nada al respecto”, precisó.

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¿Cómo se puede evitar que inmobiliarias desplacen el patrimonio cultura-natural en Yucatán?

Dijo que en la Sierra de San Miguelito, en San Luis Potosí, se desarrolló un proyecto para proteger el patrimonio cultural-natural para preservar las pinturas rupestres, vestigios que se han encontrado en esa zona.

Además, dijo que este modelo se puede replicar en otras zonas del país como Yucatán para proteger zonas con basamentos mayas.

En la Sierra de San Miguelito, en San Luis, desarrollamos un proyecto de área natural protegida para que esto se conserve y en Yucatán, quizás se podría replicar el modelo, habría que delimitar las zonas de invasión para proteger las zonas arqueológicas que forman parte de este patrimonio.

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¿Cómo apoyar a los pueblos autóctonos para no ser desplazados?

Rojano Guido señaló que en la cadena productiva y económica los últimos en ser escuchados son los pueblos originarios.

“Ellos tienen que ser los primeros en participar y decir cómo deben proteger su patrimonio en San Luis ya desaparecieron, pero aquí en Yucatán siempre son los últimos en opinar y siempre quedan rezagados, ellos siempre deben ser escuchados”, finalizó.