AMLO se despide de las mañaneras: el fin de una era en comunicación presidencial

CIUDAD DE MÉXICO.- '¡Buenos días! ¡Ánimo!' Son las palabras con las que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, saluda cada mañana a los periodistas reunidos en el Salón Tesorería de Palacio Nacional. Con ese entusiasmo, no importaba si el día era bueno o malo, el ritual comenzaba siempre igual. Así fue también este viernes 27 de septiembre, cuando AMLO, con su tono habitual, se despidió de uno de los escenarios más emblemáticos de su presidencia: las “mañaneras”.

Es (hoy) la última mañanera de preguntas porque el lunes es fiestón con bailongo, entonces vamos a informarles.

Hoy, como desde hace días, algunos reporteros agradecieron el espacio antes de preguntar, otros incluso sin formular cuestionamientos, pero el agradecimiento estaba ahí. El ambiente, sin embargo, era distinto. Sabían que este era el principio del fin. Aunque el lunes habrá una última conferencia, será para convivir, no para interrogar.

Desde el 3 de diciembre de 2018, las conferencias matutinas han sido un escaparate donde AMLO no solo informaba, sino que también, de manera consciente o no, imponía los temas que dominarían la agenda del día. Con sus frases emblemáticas, como 'Yo tengo otros datos', y su disposición a debatir en tiempo real, convirtió la 'mañanera' en un fenómeno que transformó la política mexicana.

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En más de una ocasión, las conferencias han sido testigos de tensiones. Los enfrentamientos con periodistas, los reclamos a la cobertura mediática e incluso las críticas directas a medios específicos se volvieron parte del espectáculo diario. Pero también han sido un espacio para anunciar programas sociales, como el aumento del salario mínimo o los apoyos a los sectores más vulnerables.

Con las 'mañaneras', López Obrador no solo cambió la forma en que los presidentes se comunican en México, sino también cómo el país se enfrenta al poder. Y aunque este viernes el presidente aún habló de los temas de siempre, y los que han estado en la agenda los últimos días, la sensación era que algo había cambiado para siempre.  

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