Cenotes en Yucatán: ¿Se debe pedir permiso a los espíritus antes de entrar?
Estos manantiales de agua dulce forman parte del legado histórico y de leyendas de la cultura maya
MÉRIDA, Yucatán.- Los cenotes de Yucatán no solo son maravillas naturales, sino también lugares cargados de espiritualidad y mitos, los cuales se suman a las leyendas mayas. Para esta antigua cultura, estos cuerpos de agua representaban la conexión entre el mundo terrenal, el supramundo y el Xibalbá, el inframundo maya.
Se les consideraba portales sagrados protegidos por guardianes espirituales, como los aluxes, pequeños seres que cuidan la selva y los cenotes.
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¿Por qué pedir permiso antes de entrar a un cenote?
Pedir permiso para ingresar a un cenote es una práctica que aún perdura en varias comunidades de Yucatán. Aunque no existe una oración específica, esta tradición simboliza respeto hacia los espíritus y los guardianes del lugar. Según las creencias mayas, los aluxes pueden castigar a quienes no respetan estos espacios sagrados.
Sin embargo, es importante señalar que esto son únicamente leyendas, creencias de la gente local que han tomado fuerza debido a la importancia de estas maravillas naturales para la economía local e incluso han influido en la especulación inmobiliaria.
¿Qué tan importantes son los cenotes para los mayas?
Si importancia reside en que los cenotes eran fundamentales para la vida de los mayas, ya que proporcionaban agua y eran el escenario de rituales para pedir lluvias, buenas cosechas y protección. Además, su origen está ligado al impacto del meteorito de Chicxulub, lo que los hace aún más especiales.
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¿Qué pasa si en mi terreno hay un cenote?
Si en tu terreno hay un cenote, según la Ley de Aguas Nacionales (LAN), tienes derecho a disponer de él. Sin embargo, el Artículo 27 de la Constitución establece que las aguas del subsuelo son propiedad de la nación, lo que permite que el gobierno federal pueda intervenir o regular su uso si lo considera necesario y no te olvides, que el tener un cenote en tu casa puede implicar tener uno nuevos inquilinos a los que según las leyendas mayas, tendrás que pedirles permiso.