Paternidades ayer, paternidades hoy, y las paternidades del futuro
En el marco del Día del Padre resaltamos la evolución que han tenido las paternidades para pasar de una figura autoritaria a una amorosa y empática
MÉRIDA, Yucatán.- A propósito del Día del Padre, hablaremos de paternidades y su evolución; hay que admitir que así como las maternidades se han romantizado, las paternidades también se han visto delimitadas a ser el proveedor, quien ejerce la disciplina y quien no demuestra sentimientos.
Sin embargo, las paternidades han estado evolucionando y cada vez son más los hombres que no le temen a demostrar afecto a sus hijos e hijas, ni le temen a involucrarse de manera activa en la crianza.
Recuerdo que antes escuchaba mucho decir “mi esposo me ayuda con los niños” ó “pero si le ayudo a mi esposa con la bebé”, como si entrarles a las tareas de crianza no les correspondiera a ellos también y hacerlo fuera eso, una ayuda que se debe agradecer.
Aún escucho esas frases, pero en menor proporción, o cuando alguna mamá o papá lo dice inmediatamente corrige, para dejar claro que no es ayuda, sino que hace lo que le corresponde.
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Pero esta evolución en las paternidades no llegó sola, viene acompañada, creo yo, de un esfuerzo en conjunto que empieza con una concientización en la pareja, abarca a toda la sociedad y llega hasta los gobiernos.
La contribución de los gobiernos llega con la creación de talleres sobre masculinidades y paternidades, espacios en donde hombres cuentan sus historias en la paternidad, y desde ahí ya tenemos un avance, pues hace años era impensable que un hombre fuera a un curso sobre como ser padre; y de mostrarse vulnerable ni hablamos.
Las paternidades cada vez son más sensibles, empáticas, amorosas, pendientes de las necesidades emocionales de sus hijos, y sobre todo, considero que cada vez se preocupan más por hacerles saber a sus hijos que siempre serán su red de apoyo.
Las paternidades cada vez dejan más de lado sus expectativas, para dar paso a una crianza más libre de prejuicios y de violencia, sin ese ejercicio de poder en donde la palabra del padre era irrefutable y las hijas e hijos solo éramos una consecuencia de sus deseos.
En este Día del Padre, más allá de desearles felicidad, deseo que se sigan deconstruyendo, que sigan evolucionando para bien en su paternidad, porque eso derivará en una mejor relación con sus hijos e hijas y con eso llegará una felicidad más grande de la que puedo desearles.