'Pachpakal' solar maya y sitio de turismo comunitario que se ubica en Maní
Es un recordatorio de que el verdadero progreso no siempre significa abandonar lo antiguo, sino integrarlo sabiamente en el presente
MANÍ, Yucatán.- “Pachpakal”, solar maya, se encuentra en la calle 33 con 22 del poblado de Maní, Yucatán el cual consiste en una gran extensión de terreno usado para diversas actividades domésticas, como cultivos, cría de animales de traspatio e inclusive constituye una reserva de espacios para diferentes actividades productivas.
Además de las aves de traspatio, como gallinas y pavos, también hay abejas para la producción de miel. La integración de estos animales no solo es una fuente de alimento, sino que también juega un papel en la economía familiar, ya que los excedentes pueden venderse o intercambiarse en los mercados locales.
El propietario de este sitio de turismo comunitario, José de la Cruz, señaló que el uso versátil de este espacio es un reflejo de la adaptación y la resiliencia de la cultura maya a lo largo del tiempo.
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A pesar de los cambios y las influencias externas, el 'Pachpakal' sigue siendo un pilar en la organización familiar y comunitaria, permitiendo que las tradiciones se mantengan vivas de generación en generación.
Hay que promover el turismo comunitario o rural es decir; se busca un turismo diferente, amigable y responsable con los recursos naturales y aquí es un espacio donde se ofrecen servicios como un recorrido guiado como los elementos que conserva un solar maya o el traspatio, hay ornatos, condimentos, frutales, hortalizas, árboles maderables, animalitos como gallinas, pavos, cerdos, eso es un solar maya.
Este solar maya representa un modelo de sostenibilidad, en el que se aprovechan los recursos disponibles de manera integral y se fomenta un estilo de vida autosuficiente y respetuoso con el entorno natural.
'Pachpakal' de Maní es mucho más que un simple terreno; es un reflejo de la rica herencia cultural maya y un testimonio de la relación armoniosa entre las personas y la naturaleza, pero también es un recordatorio de que el verdadero progreso no siempre significa abandonar lo antiguo, sino integrarlo sabiamente en el presente.