Museo del Chocolate, descubre esta deliciosa experiencia en Uxmal
En este ecoparque se puede conocer la historia del chocolate, su descubrimiento y las antiguas tecnicas mayas
UXMAL, Yucatán.- Para los antiguos mayas que habitaron la Península de Yucatán, el cacao era uno de los frutos más preciados y de el obtenían un brebaje ritual conocido como 'Chokoj ha', hecho con las semillas tostadas y molidas, mezcladas con agua y especias como pimienta y flores.
Aunque la cultura Olmeca, la primera de Mesoamérica, fue quienes comenzaron a cultivar el cacao hace más de 2 mil años, antes de Cristo; los mayas continuaron con esta tradición, pues además de consumirlo, también era usado como moneda.
La importancia del cacao se mantuvo y reforzó hasta la llegada de los españoles, quienes importaron el cacao a Europa, de donde nació el chocolate como lo conocemos hoy en países como Francia, Suiza a Inglaterra.
Una experiencia deliciosa
Actualmente, en Uxmal, el Museo del Chocolate es un espacio interactivo en el que se puede conocer el proceso de cosecha y la elaboración de productos realizados a base de este fruto afrodisíaco ancestral. Así como la historia de su descubrimiento y las técnicas usadas por los antiguos mayas.
El museo cuenta con 6 salas permanentes, cada una de las cuales representa un aspecto importante en la historia del cacao, una línea del tiempo desde el fruto hasta el chocolate en la actualidad.
En una de las salas se puede disfrutar de una degustación de chocolate, así como presenciar la preparación tradicional mayas con una bebida a base de cacao realizada en el momento con ricas especies.
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Una auténtica ceremonia maya
Como parte del recorrido, al final de un Sac'bé, los visitantes serán testigos de una ceremonia maya en honor al dios Chaac realizado por un guía espiritual en esta ceremonia para pedir al regidor de las lluvias, sus favores y así la milpa pueda desarrollarse y crecer.
Uno de sus principales atractivos es la recepción del lugar que es una réplica de la antigua Hacienda Uxmal, que fuera una hacienda azucarera propiedad de la familia Peón, que data del siglo XVI, que mantiene su arquitectura intacta en honor de su pasado por haber sido construida sobre antiguas ruinas mayas.
