Lo mejor de la información de Yucatán, México y el mundo
Facebook POSTA header X POSTA header Instagram POSTA header Youtube POSTA header TikTok POSTA header
México

La vocación literaria me encontró en una colisión violentísima: Erica Millet

Erica Millet Corona es periodista, escritora y gestora cultura yucateca

Erica Millet ha sido ganadora de importantes concursos de narrativa y periodismo Foto: Cortesía
Erica Millet ha sido ganadora de importantes concursos de narrativa y periodismo Foto: Cortesía

Publicado el

Por: Alexis Lara

MÉRIDA, Yucatán.- Erica Millet Corona es heredera de una vena artística que a lo largo de su vida la ha llevado a incursionar en la música, la danza y en los últimos años la hizo reencontrarse con la literatura, una vocación que, en sus propias palabras, estuvo dormida, como entumecida durante muchos años.


Por sus venas corre la sangre de una abuela artista, Rita María Bauzá, actriz de la época de oro del cine mexicano, quien la enseñó a declamar y años más tarde se convertiría en la protagonista de unos de sus cuentos.

Desde pequeña comenzó a tomar clases de ballet, disciplina que practicó por casi 20 años, y por influencia de un padre enamorado de la trova, a los siete años empezó con las clases de guitarra. Tanto la música como la danza le darían las bases para convertirse en la mujer y la artista que es hoy en día.

El arte aportó a mi vida: disciplina, tesón, resiliencia, capacidad para enfrentar los fracasos y reinventarse.

Erica estudió la licenciatura en periodismo del Instituto de Estudios de Comunicación de Yucatán. En esta etapa tuvo su primer acercamiento con la literatura a través de maestros que le descubrieron autores como García Márquez y Borges; entre ellos estaba Gerardo Rod, que la impulsó a dar sus primeros pasos en la creación literaria, y la mítica Adela Fernández, en un taller donde escribió su primer cuento.


Después de su paso por el grupo musical Atril 6, con el que pisó importantes escenarios en el Sureste y la capital del país, incursiona en el servicio público trabajando para el Ayuntamiento de Mérida, lo que años más tarde, la llevaría a ser nombrada titular de la Secretaría de la Culturas y las Artes de Yucatán, de 2018 a 2021.

En medio de su gestión le tocó la pandemia de COVID-19. Junto con la vorágine de desinformación, miedo e incertidumbre, el ritmo de trabajo bajó para Erica, por lo que decidió inscribirse a un par de talleres en línea con autores que había conocido por su trabajo en Sedeculta.

Tras su separación del cargo vendría un nuevo comienzo que hasta entonces ella no vislumbraba con claridad, pero que ya comenzaba a configurarse en el horizonte y fue su pequeña hija de 10 años la que le hizo verlo en una especie de revelación mientras iban juntas en el auto.

Mi hija me dice, lo bueno que no tengas trabajo es que ahora si te vas a poder dedicar a lo que te gusta. Yo no me daba cuenta de que ella notaba que a su mamá le gustaba escribir. Fue como una epifanía.

Me preparé para perder, pero no para ganar

Todo el mundo te dice, si pierdes no te vayas a desanimar. Nadie me preparó para ganar y a lo que me iba a enfrentar al ganar.

En noviembre de 2022, en lo que pudo parecer un acto providencial, Erica resultó ganadora de dos convocatorias; la primera para publicar un libro y la segunda, la que causó escozor en muchos, fue la del Premio Nacional de Cuento Beatriz Espejo, con el cuento titulado Que los culpables paguen, siendo además la primera mujer yucateca en recibirlo.


Estoy consciente de que ambos acontecimientos, el triunfo en las dos convocatorias a la primera, levantaron muchas cejas y provocó que la gente se preguntara si hubo trampa. Sabía que hasta cierto punto era natural, pero no deja de ser doloroso.

Asegura que dedicarse a la literatura no es algo que te puedes inventar, como sacado de la manga y decir hoy voy a empezar a escribir, no es algo que puedas imponerle al mundo. Más allá de los cuestionamientos, Erica acometió con disciplina su vocación y desde entonces no ha dejado de escribir.

Seguí escribiendo no para probar merecimiento, sino para reafirmar conmigo misma la vocación literaria que me encontró, así como en una colisión violentísima.

Historias como espejos

Acontecimientos familiares, experiencias propias y hallazgos de sobremesa fueron el caldo de cultivo para las historias que, reinventados a través de la ficción, conforman Relatos sobre madres imperfectas, su primer libro de cuentos.

Esa necesidad de dejar salir todas esas historias que durante tu vida te van habitando, a través de la ficción, de la narrativa. Todas mis historias tienden a estar conectadas a la realidad.


Pero en estos relatos hablar del amor, la maternidad, la violencia, la libertad de las mujeres de decidir sobre su cuerpo y de su vida sexual se vuelven —acostumbrados a una literatura en la que las conquistas y episodios de cama de un señor se aplauden como hazañas— un escándalo, una afrenta.

Se trataba de eso, de hablar de cosas que las mujeres no nos atrevemos a hablar. Romper con estos paradigmas, con estos esquemas desde un lugar de protesta, de decir esta soy yo y no soy la misma; esa fue una parte de mi vida y hemos evolucionado, ahora soy esta otra, sin negar lo que me trajo hasta este lugar.

Para Erica es muy importante lo que pueda dejar a través de sus cuentos, de las historias que decide contar también a través de la crónica, género al que reafirma su predilección y lo considera el más efectivo para hacerlo.

Quienes me lean puedan verse reflejados y sentirse acompañados en alguna situación similar o que pueda verse reflejados en algunas de los espejos pueden ser las historias.

Otras Noticias