Huracán Milton deja estos daños materiales tras rozar la costa yucateca
El meteoro dejará huella en la memoria colectiva de las comunidades yucatecas afectadas, pero también recordará a todos la importancia de la unidad ante la adversidad.
MÉRIDA, Yucatán.- El cielo grisáceo sobre la costa de Yucatán parecía un lienzo de advertencia, una señal silenciosa de lo que estaba por venir. Las gaviotas, normalmente ruidosas y libres, volaban en círculos cerca de la orilla, como si supieran algo que nosotros ignorábamos.
El mar, de un azul profundo y en aparente calma, ocultaba una furia latente, esperando el momento exacto para desatarse. El huracán Milton se acercaba, y aunque la naturaleza se preparaba para su llegada, algunos pensaban que sería solo otro día de tormenta en esta tierra acostumbrada a los embates del clima.
Las primeras ráfagas de viento comenzaron a golpear las palmeras en la costa de Celestún. Los pescadores volvieron a tierra, sabiendo que no habría más trabajo por hacer. En las calles del puerto, los comercios cerraban y los habitantes se preparaban una vez más para ser resilientes.
Con cada minuto, la atmósfera cambiaba, y la noche del impacto fue intensa. Las lluvias torrenciales hicieron que las calles de municipios como Progreso, Río Lagartos y Celestún se convirtieran en ríos improvisados, mientras el viento arrancaba techos de láminas y árboles.
En Celestún, un pueblo pesquero golpeado históricamente por fenómenos meteorológicos, había abuelitos que se habían dedicado muchos años a esta actividad y recordaban tormentas similares, pero pocos habían visto un huracán de esta magnitud en años recientes.
Las olas del mar, normalmente un aliado en sus días de pesca, se convirtieron en un monstruo que devoraba la costa sin misericordia. El muelle de chocolate en Progreso quedó destruido, mientras que el muelle de Chelem desapareció bajo el agua en cuestión de horas; tan es así que el Megalodón apareció en el malecón de Progreso.
Por la mañana del 8 de octubre, en Celestún, donde el impacto fue más grave, las calles aún estaban llenas de agua. Cartolandia quedó a la deriva. Las casas de madera y techos frágiles no pudieron resistir la embestida del huracán, y ahora solo quedaban montones de escombros. Muchas familias fueron evacuadas antes de la tormenta, pero el regreso a sus hogares fue un golpe doloroso: los sueños, los recuerdos y los años de trabajo destruidos en una sola noche.
El huracán Milton dejará su huella en la memoria colectiva de las comunidades yucatecas afectadas, pero también recordará a todos la importancia de la unidad ante la adversidad. El meteoro, en categoría 5, solo rozó la costa yucateca. ¿Se imagina si hubiese tocado tierra?