Día Mundial del Árbol: Mitos y leyendas de la Ceiba y otros árboles de Yucatán
Detrás de emblemáticos árboles de Yucatán hay mitos y leyendas mayas sobre su origen
MÉRIDA, Yucatán.- Como cada 28 de junio, desde hace 55 años, se conmemora el Día Mundial del Árbol con la finalidad de reconocerlo como un elemento vital del planeta al desempeñar un papel crucial para la seguridad alimentaria, la potabilización del agua, las energías renovables y las economías rurales.
Para la civilización maya, los árboles tienen un papel importante en su cosmovisión, principalmente la Ceiba o Yaaxché, que guarda un rico significado cosmogónico. Las ramas y hojas superiores representan el mundo espiritual; sus raíces, el inframundo o Xibalbá, y su tronco, el mundo en donde todos vivimos.
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Este es un árbol majestuoso, uno de los más grandes del continente. Pueden alcanzar una altura de entre 20 y 40 metros, aunque hay ejemplares que llegan a medir hasta 70 metros de alto. Sus principales características es ser frondoso, una amplia sombra, bellas flores y que pueden vivir hasta 60 años.
La Ceiba y la Xtabay
Cuenta la leyenda que en una aldea yucateca vivían dos hermosas niñas: Utz-colel y Xkeban, criadas por la misma familia, pero con una personalidad muy diferente entre ellas. La primera era conocida por ser virtuosa, sagaz y muy inteligente, además de muy bien parecida, pero de corazón frío.
Mientras que Xkeban tenía una gran belleza, pero le gustaban mucho los placeres y se entregaba de lleno a las pasiones carnales, por este motivo, a la gente de la aldea no le agradaba mucho, y siempre trataban de evitarla. A pesar de eso, ella era de muy buen corazón.
Un día, a esta le acaeció una enfermedad muy grave, y murió rápidamente, solo la recordaron aquellos a quienes ella amó y ayudó. En el lugar donde la enterraron se llenó de muchas hermosas flores llamadas xtabentun, y con un aroma muy dulce y agradable que se extendía a una gran distancia.
El origen de la leyenda
La gente le contó esto a su hermana Utz-colel, y ella no pudo creerlo, hasta que personalmente se acercó a ver y a oler aquella deliciosa fragancia que emanaba de la tumba de su hermana. Pensó que al morir la cantidad de flores que saldrían de su tumba sería mayor y el aroma sería todavía más agradable.
Pasaron los años y Utz-colel murió. Al día siguiente de su muerte, su tumba no estaba llena de flores, sino estaba llena de cactus y horribles plantas espinosas llamadas tzacam, con un muy fuerte y desagradable olor a podrido.
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Desde el inframundo, el espíritu de Utz-colel se dio cuenta de lo que había sucedido y enfurecida, invocó a los espíritus malignos, para que le ayudaran a regresar al mundo de los vivos en forma de Xtabay, que escondida en una ceiba, cada noche sale a seducir con su gran belleza a los hombres pasados de copas, para robarles la vida.
El Chechén y el Chacá
En Yucatán, cuenta la leyenda que por cada árbol de Chechén habrá uno de Chacá muy cerca. Son antídoto y veneno, pues uno cura lo que el otro provoca. Esto surge de la historia de los hermanos Kinich y Tizic y la pelea por el amor de la hermosa Nicté-Ha.
Los hermanos, al darse cuenta de que ambos estaban enamorados de la misma mujer, decidieron realizar una batalla para ganar su amor, pero ambos murieron durante el combate. Por amor pidieron regresar a la tierra y los dioses se lo concedieron.
Tizic regresó a la tierra en forma de un árbol venenoso; el Chechén. Con ramas y hojas que queman la piel si lo tocas o estás cerca de él. Kinich renació como el árbol de Chacá, un árbol que cura todo el veneno tóxico que deja el Chacá.