¿Qué pasaría con los humanos si se extinguen las abejas?
Pese al peligro, es posible preservar a las abejas y a los abejorros, por lo que el daño todavía es reversible
MÉRIDA, Yucatán.- En días pasados, la Alianza Maya por las Abejas denunció la muerte masiva de abejas en marzo pasado, luego de registrarse la afectación de 769 colmenas, propiedad de 22 apicultores en comunidades de Tizimín, con pérdidas de más de 4 millones de pesos.
Se encontró que la causa de muerte de las abejas fue una intoxicación con el insecticida Fipronil, que se encuentra prohibido en decenas de países por ser altamente peligroso para las abejas. En México se ha pedido la cancelación de su registro tras las denuncias por la muerte de abejas en Hopelchén, Campeche.
Pese a lo alarmante de esta situación, no es un problema reciente, pues desde 2018 hay reportes de muertes de abejas por intoxicación con plaguicidas e insecticidas aplicados en cultivos de papaya, chile, tomate, maíz y soya.
Principales amenazas para las abejas
En Yucatán, las principales amenazas para la conservación de las abejas silvestre so: la deforestación, el cambio del uso del suelo, sumados al uso de pesticidas, además de los monocultivos de hortalizas con grandes extensiones y un alto uso de agroquímicos disminuyen la diversidad de abejas nativas.
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¿Qué pasaría si se extinguen?
Más allá de producir miel, uno de los productos más consumidos en todo el mundo, las abejas tiene una importancia vital para la humanidad, pues si estos insectos llegaran a desaparecer, provocaría una auténtica crisis alimentaria, pues un 84 % de los cultivos comerciales depende de la polinización que realizan.
Su desaparición también podría provocar que se extingan las especies animales que se alimentan de ellas. Pese al peligro, es posible preservar a las abejas y a los abejorros, por lo que el daño todavía es reversible si se realizan las correctas acciones de conservación.
En internet circula una teoría, que dice que la extinción de esta especie podría ser la condena para la civilización humana, pues solo le quedarían cuatro años de vida, pero esta no tiene fundamento científico, ni fue elaborada por Albert Einstein, a quien se le atribuye.