¿Qué está pasando con los palaperos en Progreso?
En cada período vacacional surgen las quejas de los visitantes por cobros exagerados
PROGRESO, Yucatán.- Desde el pasado viernes 22 de marzo, el puerto de Progreso y otros de la costa yucateca, como Sisal y Celestún, han registrado un aumento en su afluencia con motivo de las vacaciones de Semana Santa, lo que se ve reflejado por las playas abarrotadas de bañistas.
Con el arribo al puerto de turistas locales, nacionales y extranjeros, ha regresado una polémica que involucrada a los llamados 'palaperos', personas que ofrecen servicios en las palapas instaladas en el Malecón Internacional.
Estas están instaladas en la zona de playa y los 'prestadores de servicios' tienen el permiso de rentarlas, aunque se encuentren en zona pública federal, por lo que todo aquel que quiere usarlas deberá pagar; esto ha orillado a que muchos se quejen por los precios que consideran excesivos.
Exhiben abusos de palaperos
En días pasados, el usuario de Facebook, Juan Martín Domínguez, originario de Mérida, exhibió en una transmisión en vivo como estás personas le cobraban 350 pesos por la renta de la palapa y 250 pesos adicionales a su cuenta de consumo en el restaurante.
El conflicto derivó en la intervención de elementos de la Policía Municipal de Progreso y del encargado de los 'palaperos', pero el asunto no quedó en más que un reclamo por esta situación abusiva, a lo que el encargado dijo que se trató de una falta de información, pero los visitantes optaron por retirarse del lugar.
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Peleas por la 'clientela'
Pero los problemas no solo surgen con los turistas, sino entre grupos de 'palaperos' que se pelean por la clientela. Ante esta situación, este fin de semana, los restauranteros de Progreso aclararon que ya no trabajarán con ellos.
Operativo de vigilancia
La controversia detonó que se realizara un operativo de vigilancia en el Malecón de Progreso, por parte del gobierno del estado, en el que se exhorta a los 'prestadores de servicios' a no realizar cobros excesivos o prácticas que afecten al turismo.
Además se invitó a los restauranteros a no condicionar el uso de palapas, baños públicos y otros espacios al consumo de sus negocios, pues no son propiedad privada, sino infraestructura urbana disponible para todo el público.