Jean Lafitte, la historia y los tesoros del pirata enterrado en Dzilam de Bravo

DZILAM DE BRAVO, Yucatán.- Existen evidencias históricas de que en siglo 16, la Península de Yucatán comenzó a vivir en asedio de piratas, con invasiones y saqueos para aprovecharse de preciados recursos como la sal y las maderas preciosas. 

Durante esas épocas, las tierras yucatecas fue seductora para los corsarios, que vieron en ellas la oportunidad de hacerse de riquezas, pues el extenso y desprotegido litoral permitía la fácil llegada de los barcos piratas.

Bacalar, Mérida, Sisal y Campeche, fueron los sitios que más veces sufrieron del asedio de los filibusteros, con robo de navíos, secuestro de mayas y españoles, asaltos, saqueos, asesinatos, entre otros.

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En un intento por proteger la ciudad de Mérida, se quiso amurallar la ciudad como en Campeche. Aunque la iniciativa no prosperó, de esta empresa quedan los conocidos arcos de Mérida, vestigios de lo que pudieron ser las murallas en la ciudad blanca.

¿Qué piratas llegaron a Yucatán?

Entre los piratas que tenían en la mirada a la península estaban: William Parker, Henry Morgan y Jean Lafitte. De este último hay una leyenda que asegura que sus restos y varios de sus tesoros se encuentran enterrados en Dzilam Bravo.

Todavía hasta finales de los años 80, se podía ver la famosa tumba del pirata, una lapida en piedra que sustituyó a la anterior hecha de madera; ambos sufrieron graves daños, el primero con el huracán Inés y el segundo tras el impacto de Gilberto, en septiembre de 1988.

A la fecha existe un monumento a Jean Lafitte en el puerto. Sin que existan evidencias de que los restos mortales del pirata yacen ahí o de si existe algún tesoro escondido, se dice en su paso dejó numerosa descendencia, por lo que muchos de los lugareños tengan los ojos claros.

Información y foto: Yucatán Pasado Glorioso