Beneficios de bañarse en un cenote: sanación y relajación garantizada

MÉRIDA, Yucatán.- Los cenotes, además de ser formaciones únicas en la península y uno de los principales atractivos turísticos, durante muchos formaron parte de la vida de los antiguos mayas, pues era su principal fuente de agua y eran usados para realizar ofrendas y rituales para sus dioses. 

Todos los días turistas nacionales y extranjeros visitan estos cuerpos de agua y no hay uno que se resista a las maravillas de estos tesoros naturales. Es que no hay dos iguales, de los más de 3 mil que hay registrados en Yucatán, cada uno tiene su encanto particular y una historia. 

Sus aguas cristalinas se ven en pocos lugares del mundo, es por eso que para muchas personas bañarse en ellas resulta, además de refrescante y placentero, un proceso de sanación y de terapia relajante. La mayoría están ubicados en medio de la selva, alejados del ruido, lo que se traduce en una atmosfera de paz y tranquilidad. 

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Bondades de bañarse en un cenote

El primero de los beneficios es que con las altas temperaturas, un chapuzón puede devolverte a la vida y hacer que baje el calor corporal y darte una sensación de frescura inigualable, que es lo más parecido a bañarse en un río, pues es agua dulce que en algunos lugares puede beberse. 

Rica en calcio y magnesio, resulta en un tratamiento natural para la piel, ya que ayuda al alivio de condiciones dermatológicas como la dermatitis y la psoriasis. Por otro lado, la humedad en el aire puede calmar las vías respiratorias, lo que ayuda a personas con este tipo de padecimientos. 

En el plano mental, nadar en un cenote ayuda a liberar endorfinas, lo que genera una sensación de estar feliz, por lo que se pueden reducir síntomas de ansiedad y depresión, lo que al salir hará sentir a los bañistas con nuevas perspectivas y con más calma. 

Te dejamos algunos en los que se puede nadar: 

• X'kekén
• Samulá
• Zací
• Ik kil
• Palomitas
• Xbatún
• Bolom-Chojol
• Balmil y Canunchen
• Santa Bárbara

Cenotes contaminados

Tristemente, son pocos los cenotes en los que se puede vivir una experiencia curativa, pues en algunos no se puede nada por ser complicado el acceso o por estar contaminados con basura u otros sustancias. Tal es el caso del Xlacah en Dzibilchaltún, uno de los más bellos y que se encuentra a ras de tierra.

Pero, se encuentra cerrado desde hace varios años al detectarse altos niveles de heces fecales, volviendo no apto para que las personas puedan nadar y mucho menos tomar agua. Lamentablemente, como este hay muchos casos, con lo que se pierden invaluables lugares para conectar con la naturaleza.