¿Bacalao falso para Navidad? Te contamos de qué se trata
La agrupación Oceana señala que es una situación muy común en México, pero con serias repercusiones ambientales.
MÉRIDA, Yucatán.- Las festividades navideñas están cada vez más cerca y uno de los platillos más demandados es el bacalao en sus distintas presentaciones, pero, ¿sabías que lo más probable es que estés comiendo tiburón martillo?
Renata Terrazas, directora ejecutiva de Oceana, organización internacional dedicada exclusivamente a proteger los océanos del mundo, señala que es una práctica muy común en México vender un pescado de menor valor al que el consumidor pide.
Nos dicen que nos venden un pescado y es otro; eso ocurre cuando es un pescado muy solicitado y de alto valor, pero la oferta de pescado no es suficiente, por lo que lo sustituyen por otra especie.
Añadió que, aunque el bacalao es un pescado que se consume mucho en la época decembrina en todo el país y es parte de una tradición, la realidad es que no es una especie que exista en México, por lo que debe importarse.
Y aunque la importación llegó a las 5 mil toneladas, no es suficiente para satisfacer la demanda de consumo, por lo que pescaderías y restaurantes han optado por dar otra especie sin que el cliente lo sepa. Las rayas y el tiburón martillo son las principales sustituciones.
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Afectaciones económicas y ambientales
Renata Terrazas señala que hay una afectación económica para los consumidores, pues, si bien lo que reciben es tiburón martillo, lo pagan a precio de bacalao, el cual puede llegar a ser 10 o 15 veces más caro que el del tiburón.
En cuanto al tema ambiental, explicó que este engaño de dar “gato por liebre” ha puesto en peligro al tiburón martillo, ya que la presión sobre su captura para venderlo como bacalao ha aumentado considerablemente.
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¿Hay soluciones a este problema?
La ambientalista señala que, al no haber una manera clara en que el consumidor pueda saber qué le están sirviendo o vendiendo, es necesario crear una estrategia para rastrear el origen del producto.
Un inicio de solución es crear una política de trazabilidad, la cual permita rastrear el camino que recorre un pescado hasta llegar a nuestras mesas. Este camino, que se conoce como la cadena de valor, involucra a muchas personas que participan para asegurarse de que podamos tener pescado en nuestros platos.
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